miércoles, 1 de diciembre de 2010

El espejismo de Cataluña

Cualquier observador un poco avispado no se dejará engañar por los resultados de las recientes elecciones catalanas, especialmente si ese observador es de cualquier otro punto de España.

Algunos se felicitan por el avance de su partido mientras otros celebran el desplome de ERC o de todo el tripartito. El buen observador se dará cuenta de que esto son sólo circunstancias pasajeras y que en realidad, si no vive en Cataluña, nada habrá cambiado.

En efecto, nada ha cambiado. Tras conocerse los resultados electorales muchos aludían al tradicional afán de CIU por sostener la gobernabilidad en España. Este es precisamente el gran error. No existe voluntad alguna en CIU de garantizar la estabilidad del gobierno de la nación, sencillamente porque para que eso ocurra CIU espera algo a cambio. Empezando por más dinero y siguiendo con más privilegios y concesiones nacionalistas y separatistas.

El problema ni siquiera reside en Cataluña, reside en la mala Ley Electoral que tenemos y que concede una importancia desmesurada a las minorías. Así que los últimos 7 años de este pais han estado en realidad gobernados por los deseos de las minorías, concretamente de unos miles de votos de ERC, para garantizar diferentes aprobaciones en el Parlamento español. ERC y el tripartito no inventaron esto sinó que copiaron lo que previamente había hecho la propia CIU durante más de 20 años.

Así cualquier observador se daría cuenta de que la causa raiz es la Ley Electoral y que debería ser cambiada. Lo ideal es que el observador fuera un político con miras y posibilidades de gobernar en un futuro cercano.

Mientras tanto unos y otros se regocijan en el espejismo catalán.

Solón

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